¿Ocho de Marzo?
Postfotografía: Rayda Guzmán |
Se debería tener menos curiosidad por las personas y más curiosidad por las ideas.
Marie Curie
Cada ocho de marzo celebran el día de la mujer trabajadora,
demás está decir que me parece una fecha estúpida. Si me pongo un poco tiquismiquis
es porque me pregunto si acaso el uno de mayo es sólo para hombres. Alguno dirá
que este último es una jornada reivindicativa y otro me dirá que la segunda es…
¡lo mismo pero para las mujeres! Y ya me parece raro, yo no necesito que aíslen
la injusticia por haber nacido de un género biológico determinado, porque la
injusticia –como la justicia– es igual para todos.
Si vemos las tasas de desempleo en España, el año pasado el
desempleo femenino ostentaba un 21% mientras el masculino un 18%, hay una diferencia
de casi un millón de personas. En cuanto a la remuneración las mujeres ingresan
un 13% menos que los hombres. Estos datos, que son tomados de un diario y no
los he estudiado ni cotejado a fondo –tanto da– explican lo que quiero decir.
Creo que días como estos son una vergüenza porque denotan de manera clarísima
las injusticias que seguimos padeciendo por cuestión de género, raza o
religión. Y yo no sé si celebrándolo o haciéndolo una jornada reivindicativa
se logra algo porque en el fondo sospecho que estamos entrando en el mismo
juego perverso.
Desde una perspectiva histórica, el trabajo siempre ha sido
mal visto. La religión cristiana, por ejemplo, reproduce su visión esclavista,
probablemente nutrida por la Roma y la Grecia clásicas, y lo presenta como un
castigo de Dios. Ya en Grecia el trabajo era un castigo de los dioses como en
el famoso caso de Sísifo. El único de los dioses que trabajaba era Hefestos y si
lo vemos detenidamente Hefestos es un ser contrahecho y sudoroso. Un dios repudiado que vive en las entrañas de la tierra.
Lo que quiero decir es que la idea de que el trabajo
dignifica al hombre es de origen protestante y fue conceptualizada por Max
Weber apoyándose en la tesis calvinista de la predestinación a la gracia que se
mostraba a través del trabajo y la frugalidad. Todo esto es magnífico hasta que
aparece el capitalismo, pues como ya no se puede obligar a trabajar, fustigando
o amenazando, se incita a la venta de la única cosa que tiene el hombre libre para intercambiar que es su fuerza de trabajo.
Dicho esto hay algo que no funciona en esta idea, y no
funciona para hombres ni para mujeres. No funciona socialmente. ¿Por qué?
Porque el trabajo no satisface. Satisface la profesión, la vocación pero no lo
que la obstaculiza que suele ser casi el 90% de lo que se debe hacer, es decir,
obstáculos administrativos y logísticos. Un profesor, una médica, un
cocinero, una intelectual debe dedicar horas valiosas a resolver problemillas de
protocolo, cumplir con las normativas, atender reuniones, responder correos,
organizar su trabajo on line y un largo etcétera. Eso hace que el trabajo vaya
desconectándose cada vez más de la vida. Éste es el problema.
Ahora que me explico con más claridad se ve porqué no es
un asunto de género lo que debe preocuparnos si no el hecho cultural del trabajo.
La remuneración inferior por género o la discriminación no tienen que ver con el
trabajo, ése es otro de los ámbitos en los que se traducen las relaciones de
poder representadas por el antiguo esquema del más poderoso sobre el menos
poderoso. Culturalmente el patrón fuerte ha prevalecido sobre el débil, y
simbólicamente a la fragilidad le ha sido otorgada un carácter femenino,
probablemente porque la biología así lo sugirió, eso lo podemos imaginar.
Entonces, hoy ocho de marzo día de la mujer trabajadora yo
me pregunto de qué somos cómplices, ¿qué modelo social estaremos perpetuando a
través de esta reivindicación concretamente? Y añado a mis dudas: ¿cuándo se
celebra el día del trabajador inmigrante (que es diferente al de la
trabajadora inmigrante), o el del prejubilado, el de las abuelas cuidadoras o las mujeres multifunciones, el de los
hombres sin ilusión, el de los inocentes que creen en la fuerza del trabajo, el
de los corruptos que no trabajan y el día del trabajo improductivo y sin fin
que es el trabajo del alma y del espíritu que se sublima? ¿Para qué fechas
dejaremos todo esto?
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